Entre el 2019 y 2020 las operaciones de compra-venta han sufrido una brecha negativa del 13.3%
- En mayo del 2020, en ciudades como Barcelona el 40% de los pisos destinados a ser alojamientos de verano pasaban a la lista de los alquileres residenciales.
- La crisis del coronavirus ha provocado que llegaran a 40.000 los sintecho que tuvieron que padecer la pandemia en la calle.
- Tras las fechas covideñas se abre una etapa para reconstruir el tejido social que tendrá su tiempo de duelo y buscará expresar su urgencia de vida.
OBS Business School ha publicado el informe de investigación: El sector después de la Covid-19, realizado por Juan Manuel Chávez, colaborador de OBS Business School.
Cuando surge una enfermedad hay la obligación de modificar los enfoques y acelerar los cambios. La pandemia del coronavirus es esencialmente una cuestión científica y sanitaria, pero también ha roto cada una de las fronteras disciplinarias, y como consecuencia, asimismo su impacto se ha dejado sentir en el sector inmobiliario, sobre todo en las operaciones de compra-venta o variación de los precios.
Situación del sector inmobiliario antes de la pandemia
En el 2006 se produce la burbuja inmobiliaria que originó grandes problemas: el desempleo, el desamparo y el desalojo. Como indica el autor del informe, José Luis Carretero Miramar remarca en su libro el aumento del paro de larga duración, que se multiplicó por seis entre el 2008 y 2012 según el INE.
De acuerdo con el diario El Confidencial, en el año 2019 había “más de cien desahucios al día por no pagar el alquiler y más de 40 por no pagar la hipoteca” (Redacción, 2019).
Afortunadamente, año tras año son menos los que corresponden a alquileres y, aunque los de hipotecas asciendan, no lo hacen de manera disparada. Por lo tanto, hay una reducción en el número de desahucios, pero que todavía sean miles al año, es un desafío para las administraciones públicas y la gestión privada en favor de la inclusión y la equidad.
El sector inmobiliario también se transformó gracias al turismo. Parte de la población económicamente activa del país encontró una fuente de ingreso en ofertar un piso como alojamiento turístico. Es por ello que se produjo un giro de negocio: del alquiler de larga estancia y bajo los servicios de una agencia al de corto plazo a través de plataformas digitales.
Además se ha de tener en cuenta que hay un nuevo target mayor de 65 años, con una larga esperanza de vida. Dentro de un cuarto de siglo, los españoles con esta edad llegarán a ser la cuarta parte de la población total, y ante esta proyección Alcaide encontraba en las residencias una alternativa que parecía destinada a expandirse. Sin embargo, con el inicio de la pandemia estas suposiciones encallaron en una orilla trágica.
El sector inmobiliario frente a la pandemia
A comienzos del 2020 los contagios crecieron de modo exponencial y antes de terminar el primer trimestre del año se declaró el estado de alarma en España y se impuso la orden de estricto confinamiento.
Las viviendas no estaban preparadas para hacer llevadero un prolongado confinamiento, teniendo en cuenta el espacio, ventilación, distribución y acondicionamiento. Además, si la tendencia era la reducción del tamaño de los pisos, alzar los precios, y cierta esencialidad en el aprovechamiento del área, el contexto pandémico vino a romper estos parámetros de una arquitectura elemental—o incluso precarizada.
De acuerdo con el blog de Fotocasa, los precios de las viviendas siguieron al alza durante el primer semestre del 2020, con una ligera caída en junio. Sin embargo, en julio sobrevino una subida y esta no se mantuvo, pues en agosto y septiembre los precios descendieron de nuevo en el territorio nacional. Por otro lado existe una brecha entre las operaciones de compra-venta: 13.3% menos en octubre del 2020, con respecto a las de doce meses atrás.
En cuanto a los propietarios, durante años optaron por ofertar sus inmuebles como pisos turísticos pero en el 2020 pasaron a alquilarlos a largo plazo. Antes de terminar el quinto mes del año, en ciudades como Barcelona el 40% de los pisos destinados para estancias cortas de verano pasaban a la lista de los alquileres residenciales.
La crisis del coronavirus provocó que a mitad del último trimestre del año llegaran a 40, 000 los sintecho que tuvieron que padecer la pandemia en la calle. Quien gozaba de un techo podía recluirse para labrar un sentido de seguridad, mientras que otros nunca tuvieron donde confinarse.
Conclusiones
Una de las múltiples lecciones que nos deja la pandemia se relaciona con el derecho fundamental a la vivienda. En este sentido, los progresos en habitabilidad deberían promover una oferta que favorezca la convivencia del día a día y mejore las condiciones para el desempeño laboral en su interior.
Además la humanidad confinada durante meses presenció un resurgir del paisaje natural y cierto retorno de una fauna desplazada. Esta imagen ha planteado un desafío para las ciudades del futuro próximo, pues hace falta una relación más armónica con el entorno para preservar nuestra propia humanidad.
Pasadas las fechas covideñas e iniciado el proceso de vacunación contra el virus, se abre una etapa para reconstruir el tejido social que tendrá su tiempo de duelo y buscará expresar su urgencia de vida; en esta reconciliación de lo humano será fundamental el valor de hogar que conlleva una vivienda.
Para ampliar información descarga el INFORME OBS: El sector después de la Covid-19 de Juan Manuel Chávez, Colaborador de OBS Business School.
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