A 28 años de la caída del cerebro de Sendero Luminoso Abimael Guzmán

Un repaso de cómo fue la caída del terrorista más sanguinario que ha conocido nuestro país y que cayó bajo la Operación Victoria.
Era 12 de septiembre de 1992 cuando agentes del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) capturaron en Surquillo al terrorista Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso y quien llevaba una vida con total normalidad a pesar de que aterró y asesinó a cientos de peruanos alrededor del país durante 12 años.
La captura de Abimael Guzmán, quien actualmente está recluido en la Base Naval del Callao por terrorismo, se dio gracias a la Operación Victoria, que fue detallada e impredecible y tuvo inicio a las 8:14 p. m. en la Calle Varsovia del distrito mencionado. Hasta esa hora, el plan había sido tan cauteloso que ni el mismo presidente Alberto Fujimori estaba al tanto, pues se encontraba pescando en la ciudad de Iquitos.
La operación contra Abimael Guzmán albergó el trabajo continuo de los inspectores policiales, de los cuales algunos se disfrazaron de recogedores de basura para conocer qué botaban quienes vivían en la casa y para confirmar la ubicación del líder de Sendero Luminoso, además de su estado de salud. Por esa investigación se hallaron medicinas que combaten la soriasis, mal que padecía el terrorista comunista.
¿Qué paso con los sentenciados?
El 20 de octubre del mismo año, el ‘presidente Gonzalo’, alias del terrorista, presentó mediante cartas al mandatario Fujimori un acuerdo de paz, que fue suscrito el 1 de octubre de 1993 en la ONU. Actualmente, continúa en la Base Naval del Callao. En el 2017, Maritza Garrido Lecca fue liberada del Penal de mujeres de Chorrillos luego de cumplir 25 años desde la ‘Captura del siglo’. El 16 de octubre del mismo año, Martha Huatay, quien fue miembro del comité central de Socorro Popular y del grupo Abogados Democráticos, ligada a Sendero Luminoso, salió también en libertad.
El grupo terrorista ha sido condenado por su desmesurada crueldad, que incluye violencia ante campesinos, ante dirigentes sindicales, ante autoridades populares, ante población civil, ante agentes militares y policiales, además de contra los bienes privados e infraestructura del país (torres de alta tensión, destrucción con explosivos de puentes, carreteras, refinerías ferrocarriles, entre otros).
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