Mercados : Focos de contagio
Los mercados constituyen el principal punto de compra de alimentos de los hogares de diversos sectores socioeconómicos del país. Son visitados en su mayoría por mujeres, muchas de ellas trabajadoras, jefas de familia y que cumplen roles de padre y madre. Se encargan de administrar y elegir qué productos llevar de acuerdo a la calidad y a su economía. No es tarea fácil.
Cuando el Ejecutivo anunció las salidas intercaladas por género y, además, impuso días de inmovilización total para evitar las aglomeraciones y el consecuente contagio de COVID-19, no incluyó en el grupo a mujeres que, además de trabajar en el Estado, también son madres. El grupo de Prospectiva del Minsa –el que sugiere los martillazos– no cuenta con sociólogos ni antropólogos. El efecto no fue el que se esperaba.
Los mercados fueron desbordados y hoy se han convertido en una de las principales fuentes de contagio. Solo para citar un ejemplo: en una toma de muestras a comerciantes del mercado San Felipe de Surquillo, el 40% dio positivo de COVID-19. Como dijo el presidente Vizcarra, cuando uno va al mercado, se lleva de yapa su coronavirus.
“No hubo una mirada femenina. Creo que si hubiese habido esa visión se hubiese sabido de antemano el problema de las salidas de género. Desde el inicio se debió analizar la dinámica social, quiénes van y las frecuencias. Eso se ha corroborado con la aglomeración”, señaló Patricia Ruiz-Bravo, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP. Otro error, añadió, fue que, en principio, las medidas sanitarias se tomaron solo en los supermercados, a los que va el 21% de la población, pero se desatendieron los mercados mayoristas, los mercados de barrio y los informales.
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