KLM experimenta con sus primeros vuelos eléctricos en la búsqueda de un transporte aéreo más sostenible
KLM y Electric Flying Connection ofrecieron a un grupo de 18 invitados la oportunidad de recibir lecciones de vuelos de prueba a bordo del avión eléctrico Pipistrel Velis Electro.
Este evento permitió a KLM obtener una visión más amplia acerca de incluir aviones eléctricos en las operaciones comerciales del futuro, se estima que en 2035 ya puede haber un avión eléctrico que pueda transportar entre 50 y 100 personas con un alcance de 90 minutos.
Los pasados 28 y 29 de agosto, KLM Royal Dutch Airlines y la asociación comercial Electric Flying Connection (EFC) ofrecieron a un grupo de 18 invitados de KLM una oportunidad única de experimentar el futuro de los vuelos. Estos invitados pioneros recibieron una lección de vuelo eléctrico de prueba a bordo de un Pipistrel Velis Electro, supervisado por instructores de la Academia E-Flight. Los 18 vuelos de entrenamiento, que se operaron durante dos días entre los aeropuertos de Lelystad y Schiphol (ambos en Países Bajos), ofrecieron a KLM una visión única de todo el sistema de logística de vuelos eléctricos y los desafíos que presenta. «Para que el transporte aéreo sea más sostenible, tenemos que probar nuevas tecnologías e innovaciones en la práctica. Las cosas que hacemos hoy en día a pequeña escala con los recursos que tenemos ahora, pueden resultar importantes impulsores de la escalabilidad de estas aplicaciones en el futuro», dijo Jolanda Stevens, gerente de programa Aviación Cero Emisiones de KLM.
Esta iniciativa surgió de la Electric Flying Connection (EFC) en colaboración con instructores de E-Flight Academy. «Este evento único tiene como objetivo dar a todas las partes interesadas la oportunidad de experimentar el vuelo eléctrico y lo que esta innovación podría significar para ellos en términos prácticos. Nos complace que KLM se haya unido a nosotros para dar este paso. Ya tenemos planes para futuras ediciones de este evento en todo Benelux», dijo Jurjen de Jong, presidente del CEF. Schiphol fue un punto de partida lógico porque es la sede de KLM. Como el alcance del avión Pipistrel es limitado, solo cuatro aeropuertos de destino eran posibles opciones. El aeropuerto de Lelystad fue elegido por su fácil acceso, con excelentes instalaciones de recarga, pistas de primera clase y un centro de control de tráfico aéreo en pleno funcionamiento.
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