¿Hay programas de ayuda a venezolanos ante la pandemia?

Con el fin de que migrantes venezolanos puedan acceder a oportunidades laborales y atención en salud en medio de la crisis económica por la pandemia del COVID-19, Marilú Martens, directora nacional de CARE Perú, invocó a las autoridades del gobierno a acelerar las condiciones de algún programa de ayuda.
“En el marco de la pandemia, el gobierno no ha anunciado ningún programa (de ayuda) a la población de refugiados o migrantes venezolanos. Por eso organizaciones como CARE Perú buscan la manera de ofrecerles protección y ayuda”, señaló en diálogo con Trome.
Venezolanos sin trabajo y sin atención en salud
Según explicó la también exministra de Educación, antes de la llegada de la pandemia, cerca del 90% de venezolanos no contaba con contratos de trabajo o estos eran precarios. Actualmente, la situación empeoró incluso para quienes tenían contratos regulares, los mismos que se redujeron en un 50%.
En cuanto a la salud, debido a que los migrantes no cuentan con un DNI, tampoco pueden acceder a un seguro como el SIS, destinado a personas que viven en condiciones de pobreza.
Martens anotó también que los hijos de migrantes venezolanos forman parte de los 250 mil estudiantes a nivel nacional que han desertado de la educación a distancia en el marco de la pandemia, ya sea por falta de acceso a Internet o a herramientas tecnológicas.
Otro problema a los que se enfrentan es que no han podido convalidar sus títulos profesionales para poder ejercer. Por ello, Martens hizo un llamado a órganos como la Sunedu (Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria) para acelerar estos trámites. Además, mencionó que muchos venezolanos no pueden concretar este trámite por falta de dinero.
A estos problemas se sumó el desalojo que han sufrido los migrantes por falta de pago de alquiler, lo que ha motivado que ahora vivan en condiciones muy adversas.
Debido a este adverso panorama CARE Perú desarrolló el proyecto Alma Llanera, a fin de atender sus diversas necesidades. Entre ellas la de alimentación a través de transferencias de dinero; un programa de salud mental para acompañarlos a sobrellevar su difícil situación, y asesoría legal para que puedan regularizar su situación migratoria, entre otros.
El proyecto, financiado con fondos del gobierno de Estados Unidos, también realizó actividades para promover la integración entre peruanos y venezolanos, a fin de combatir la xenofobia.
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