AstraZeneca busca acelerar revisión de efecto adverso y así no afecte el cronograma del ensayo para el desarrollo de la vacuna para la COVID-19
La farmacéutica AstraZeneca comunicó que su “proceso estándar de revisión generó una pausa en las vacunaciones para permitir revisar los datos de seguridad”.
La vacuna candidata de AstraZeneca para la COVID-19, que ya presentaba estudios de las fases finales, ha tenido que ser suspendida provisionalmente mientras la compañía investiga si un paciente sufrió un efecto secundario grave o si su malestar no está vinculado con la inoculación.
En el comunicado presentado por la farmacéutica dijo que estaban trabajando «para acelerar la revisión de ese evento solitario, de tal forma se pueda minimizar cualquier impacto potencial en el calendario de pruebas que habían establecido”.
Si bien es cierto AstraZeneca no ha revelado ninguna información sobre el posible efecto secundario, pues solo lo ha denominado como “una enfermedad potencialmente inexplicada”. Fue el portal noticioso STAT el primero en reportar la pausa en las pruebas, y afirmó que el posible efecto secundario ocurrió en Reino Unido. Además, un portavoz de AstraZeneca confirmó que la pausa en las vacunaciones cubrirá los estudios en Estados Unidos y otros países.
Otras dos potenciales vacunas que también se encuentran en fases finales de pruebas en Estados Unidos son una producida por Moderna Inc. y la otra por Pfizer y el laboratorio alemán BioNTech. Estas dos vacunas funcionan de forma diferente a la de AstraZeneca, y los estudios ya han reclutado a dos terceras partes de los voluntarios necesitados.
Es importante añadir que las pausas temporales en estudios médicos a gran escala no son inusuales, e investigar cualquier posible efecto secundario o reacción inesperada es obligatorio. AstraZeneca consideró que el problema presentado pudiera ser una coincidencia, pues pueden durante estudios de miles de personas, es posible que surjan enfermedades de todo tipo.
De acuerdo a Deborah Fuller, una investigadora de la Universidad de Washington que está trabajando en otra vacuna contra el COVID-19 pero que aún no ha comenzado a ser probada en personas, menciona que es probable que la enfermedad no explicada haya sido lo suficientemente grave como para requerir hospitalización y no un efecto secundario leve como fiebre o dolor muscular. Es por ello aplaude que la compañía esté haciendo una pausa en el estudio para averiguar lo que está sucediendo y monitoreando cuidadosamente la salud de los participantes del estudio.
Debido a la magnitud de estos estudios es importante considerar esta fase pues se encarga de detectar efectos secundarios poco comunes, de tal forma se garantice la seguridad de los voluntarios. Los ensayos también evalúan la efectividad al hacer un seguimiento de quién se enferma y quién no entre los pacientes que reciben la vacuna y los que reciben una inyección con placebo.
AstraZeneca y otras ocho compañías farmacéuticas emitieron anuncios donde se comprometen a respetar los más altos estándares éticos y científicos en el desarrollo de sus vacunas. Esto ocurrió debido a los temores de que el presidente estadounidense Donald Trump vaya a presionar a la Administración de Alimentos y Medicamentos para que apruebe una vacuna que aún no demuestre su efectividad y seguridad.
Cabe mencionar que Estados Unidos ha invertido miles de millones de dólares en busca de un rápido desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, sin embargo, existe el temor público a que una vacuna sea inefectiva e insegura la cual podría traer consigo resultados desastrosos, y tambalear las gestiones para vacunar a millones de estadounidenses.
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